jueves, 22 de enero de 2009

Nos vamos para Caricuao

Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas, de los 1.177 planteles y unidades educativas del distrito capital (2006/07), solamente dos liceos pertenecen a la parroquia de Antímano. “Contrario a lo que todos piensan no hay construcción de nuevas escuelas en función de la demanda de niños, niñas y adolescentes en edad escolar. Cuando nuestros alumnos deben pasar al ciclo diversificado, al no poder ser incluidos en el Felipe Fermín Paúl, se tienen que ir a estudiar a Caricuao y en el peor de los casos abandonan los estudios puesto que no consiguen cupo”, expresó la coordinadora del Liceo Bolivariano La Creación de Antímano, Belén Bolívar.

Una de las instituciones educativas que atiende mayor número de población en la zona de Caricuao es la Unidad Educativa Bolivariana Ramón Díaz Sánchez. La misma funciona desde hace 35 años. El profesor y guía del plantel, José Corredor, explicó que es necesaria la recuperación de las áreas de la edificación ya que sufren de fuertes problemas de filtraciones, saneamiento y deterioro en general. En los primeros meses del año en curso le fue otorgado un Centro Bolivariano de Informática y Telemática (CBIT) con 25 equipos informáticos, pero a pesar de ello Corredor reitera que este número tiene una representación simbólica si se compara con los 1470 escolares que asisten a unidad educativa.

“En la construcción de una nueva escuela democrática es indispensable que el Estado se comprometa a cumplir con su papel de creador de las condiciones para que sea realidad una educación de calidad para todos. “Asumir la nueva escuela venezolana como escuela bolivariana significa que no podemos quedarnos en el discurso educativo. El compromiso tiene que traducirse en las aulas, en una práctica pedagógica abierta, reflexiva y constructiva”, agregó Corredor.

Uno de los miembros del personal que labora en el Ministerio del Poder Popular para la Educación, Ronald Padilla, indicó que los planteles bolivarianos son escuelas bonitas y su decoración es agradable, de modo que se convierten en lugares alegres y acogedores para los niños. “Su planta física tiene un diseño muy agradable que lo convierte en un espacio en el que se puede permanecer sintiéndose muy a gusto. Las condiciones de luminosidad, ventilación e higiene y en general del mantenimiento de las instalaciones es bueno”, añadió Padilla.

Sin embargo, todo parece indicar que el reflejo vivo de las llamadas escuelas bolivarianas se aleja del objetivo de estas premisas contenidas en el Proyecto de Escuelas Bolivarianas que el ejecutivo ha propuesto desde el año 1999.

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