jueves, 22 de enero de 2009

Tenemos comida, pero bajo qué condiciones.

El componente de alimentación escolar, forma parte integral del proceso educativo promovido por las escuelas bolivarianas. El ejecutivo asegura que durante las comidas, maestros y alumnos comparten tertulias que fomentan y vitalizan nuestra democracia participativa y protagónica, convirtiendo el momento de las comidas en una actividad de formación para la vida, donde se adquieren hábitos de higiene para el alumno y la familia y se fortalecen valores de convivencia.

En la práctica, la Unidad Educativa Bolivariana Ramón Díaz Sánchez les proporciona a sus alumnos el almuerzo diario en aula del clase, aproximadamente 600 escolares reciben esta comida sentados en treinta pupitres que deben ser desocupados en un máximo de cinco minutos para poder darle oportunidad al resto de los compañeros. “Hacemos magia, pero estamos claros que estamos recibiendo la comida en condiciones muy precarias”, manifestó con decepción una de las profesoras de la institución, Mireya Vanega.


Como esta casa de estudios, la Unidad Educativa Nacional Andrés Bello, el Liceo Bolivariano Felipe Fermín Paúl y el Liceo Bolivariano La Creación de Antímano reciben alimentación gracias al Programa de Alimentación Escolar (PAE). Este es un programa educativo de carácter estructural encargado de proporcionar una alimentación diaria, variada y adecuada a los requerimientos nutricionales, a los patrones culturales y a la disponibilidad de los insumos de las zonas que habitan, así, como la generación de hábitos alimentarios y sociales, desarrollándose simultáneamente un trabajo pedagógico que permita que este acto se convierta en una experiencia educativa cumpliendo con los requerimientos calóricos energéticos específicos para cada grupo etáreo.

Para nadie es descabellado afirmar que no es posible que un almuerzo de cinco minutos en un pupitre se convierta en una experiencia educativa. Mucho menos incoherente que los hábitos de higiene en los alumnos y las familias no se pueden lograr manipulando y cocinando los alimentos en un cuarto que no posee las condiciones físicas, espaciales y de sanidad necesarias para la preparación de las comidas. Esto es lo que sucede en las instalaciones de la Unidad Educativa Nacional Andrés Bello, en la cual se habilitó un pequeño espacio para constituirse como la cocina del lugar. La directora del plantel, María Luisa Carvajal, atestigua que en reiteradas ocasiones han solicitado la construcción de una nueva área destinada para ello. “No nos parece justo tener este sitio y que los niños sigan comiendo en los salones. Queremos un sitio digno para ellos”, expresó con molestia y tristeza Carvajal”.

A pesar de que los funcionarios del Ministerio del Poder Popular para la Educación aseguren que el servicio de comedor de es uno de los principales logros de las escuelas bolivarianas, por su organización, su limpieza, por dar la oportunidad de trabajo a muchas personas y por atender a los niños en las mejores condiciones posibles, esto no se evidencia al menos en las instituciones que fueron visitadas.


El comedor del Liceo Bolivariano La Creación de Antímano permaneció cerrado y sin actividades académicas durante dos días de la semana debido a una invasión exagerada de ratas presentes en la instalación.

Mientras tanto, todo parece indicar que las escuelas bolivarianas son un experimento que se hizo para hacer un turno integral en la educación. Para que esto suceda en todas las escuelas del país, es necesario que eliminen el doble turno en los planteles y construyan otros. Pero aquí en Venezuela la construcción de escuelas no es masiva y en los casos en, los que se decide hacer alguna reestructuración las mismas no son supervisadas con el debido ahínco por parte del Estado, de manera que los recursos monetarios de nuestro país son desviados para otros fines lejanos del deber ser. Entre lo que se dice y se hace hay una distancia abismal y las escuelas de las zonas más populares del Distrito Capital, como Antímano y Caricuao siguen siendo las mismas pero les dirán “bolivarianas".

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